En AFS, la cuesta de enero no pilla de sorpresa a nadie. Esta cuesta está claramente representada en la famosa curva de adaptación. Además todos somos conscientes de que, tras unas semanas llenas de muchas actividades, compromisos familiares, regalos y eventos, en algún momento llega la tranquilidad.
Esperamos que, ahora que recién termina el mes de enero, haya llegado un poco de calma, estabilidad y rutina a todas las experiencias.
Si nos fijamos en la curva de adaptación de participantes anuales, vemos que el punto más bajo es la época de festividades que acabamos de pasar, seguido de un aprendizaje de la cultura. Todas las tradiciones y los lazos que se establecen en esa época de celebraciones ayudan a que el participante aprenda más sobre la cultura y se sumerja más en ella, lo cual favorece en la adaptación. Sin embargo, cuando creemos conocer todo y tener el control sobre la situación, es cuando comienza la pendiente.
Nuestra recomendación en este punto para emprender la escalada es que no miremos hacia el punto y final de la experiencia, sino hacia el siguiente punto álgido marcado en esta curva. Ese debe ser el objetivo de los estudiantes ahora mismo: concentrarse y esforzarse por subir esa cuesta, sorteando obstáculos. De hecho, estos obstáculos son los que le darán el empujón para llegar a la cúspide. Sin embargo, las familias anfitrionas, que nos estáis leyendo ahora, tenéis una curva de adaptación más rasa marcada por la estabilidad.
Público y apoyo
Hagamos un ejercicio de imaginación: ¿visualizáis una etapa de la vuelta ciclista en la que el público se agolpa a los lados de la carretera animando, apoyando y alentando a los ciclistas? El papel de los aficionados en una situación así es crucial, dado que transmite al ciclista la confianza, motivación y fuerza necesarias para continuar. Pues algo así sería esta etapa del programa de AFS para los jóvenes estudiantes.
Vosotras y vosotros, como mamás y papás, anfitriones y naturales, con una curva de adaptación más llana, aunque sois participantes también en esta etapa, podéis tener la versatilidad de actuar como público. Y de esta manera transmitir vuestro aliento a los jóvenes que se enfrentan, quizás por primera vez, a un reto y a una pendiente de esta magnitud.
Adoptemos un papel de público animador, pero proactivo. Siendo conscientes como mamás y papás de nuestra propia curva de adaptación y de lo que la experiencia supone también para nosotros, pero sobre todo transmitiendo todo nuestro apoyo y ánimo a los corredores de esta carrera. Además, aunque no lo veáis de manera visible, no olvidéis que AFS también está prsente entre ese público, guiando y asistiendo a todos los presentes en esa carrera, que acaba siendo un programa de AFS.