La conexión de la familia Santolaria con AFS Intercultura se retrotrae a la década de los 90; cuando Meritxell, por entonces de dieciséis años, vivió un año escolar en Estados Unidos. “Fue una experiencia que marcó un antes y un después en mi vida. Me ayudó a abrir mi mirada al mundo y a conocerme mejor”; a su regreso de California, fue voluntaria de AFS Barcelona mientras cursaba sus estudios universitarios.
Este curso 2024-2025, su hijo mayor, Ares, está también viviendo su programa AFS, aunque en tierras más frías, en Reykjavík, capital de Islandia. Esta reconexión con AFS Intercultura le ha animado a ser parte del único pilar de la organización en el que todavía no se había apoyado: el de las Familias Globales de AFS Intercultura. Y Meritxell lo ha hecho junto a su marido Carles y su hija Helena, al abrir las puertas de su hogar a la belga Dieuwke Opsommer y, de esta forma, poder vivir una experiencia similar a la de Ares pero desde su propio hogar.
¿Qué os llevó a querer vivir esta experiencia?
Lo que nos hizo recibir a Dieuwke en nuestra casa fue principalmente por una razón de solidaridad. Creímos necesario, y muy valioso, poder aportar nuestro granito de arena a la asociación y poder dar una oportunidad a uno de los jóvenes que quieren vivir una experiencia en el extranjero, como nuestro hijo.
AFS Intercultura existe gracias a las familias que acogen a estudiantes de todo el mundo, y que abren las puertas de su casa para ofrecer un hogar a estos adolescentes que quieren descubrir otra cultura.
¿Qué representa para vosotros ser familia anfitriona AFS?
Para nosotros representa una gran oportunidad para compartir nuestra vida con una persona que viene de una cultura diferente, que tiene unas costumbres diferentes, y una forma distinta de ver y entender el mundo.
Todo ello es un enorme aprendizaje por toda la familia, tanto para nosotros como adultos, como para nuestros hijos.
¿Qué retos y oportunidades os ha aportado esta experiencia?
Esta experiencia genera retos a muchos niveles: a nivel personal, es una oportunidad para desarrollar la tolerancia, la empatía, el respeto y la solidaridad, y esto te hace crecer para ser mejor persona. Como familia, te ayuda a hacer un repaso introspectivo, de cómo funcionamos todos juntos, para hacer entender al alumno de acogida cómo somos, cómo nos organizamos, qué nos gusta, y qué no, y nos ofrece una oportunidad para compartir todo aquello que hemos construido en nuestra casa.
A la vez, es una oportunidad para conocer la cultura y las costumbres de la otra persona, y aprender de ella también, entender que no solo hay una manera de vivir, sino millones de maneras diferentes. Y este aprendizaje tiene mucho más sentido cuando lo vives de primera mano, cada día, 24 horas, durante meses.
¡Y además, es muy divertido! Te ríes mucho, sales más de casa para enseñarle nuestro entorno, nuestros pueblos, nuestras fiestas, nuestra cultura. Todo esto ha creado un vínculo único con ella, y se ha convertido en parte de la nuestra familia, la consideramos ya nuestra hija adoptiva.
¿Qué diríais a una familia que se está planteando vivir esta experiencia?
Le diría que es una experiencia inolvidable y muy intensa, ¡y que vale mucho la pena! Y que es una oportunidad única para abrirte en el mundo desde casa. De esta experiencia nos llevamos un vínculo con Dieuwke muy especial y pleno de afecto, nos llevamos un crecimiento personal a muchos niveles y la inclusión de un nuevo miembro a nuestra familia.
¿Qué hay que hacer para ser Familia Global AFS?
Antes que nada tienes que tener ganas de vivir una experiencia así, y una vez te has decidido y lo has hablado con todos los miembros de casa, entonces empiezas la aventura.
Para ser familia de acogida es muy fácil: tendrás que rellenar un formulario con preguntas sobre tu familia. AFS Intercultura te ayudará a encontrar el
perfil de estudiante que mejor se podría adaptar a tu realidad familiar, y entonces te envían diferentes perfiles de estudiantes para que valoréis a quién queréis convertir en nuevo miembro de vuestro hogar.
Entonces, un voluntario os viene a conocer en casa, y te ayuda a resolver dudas. También te invitan a sesiones en línea para entender el programa de recepción de estudiantes, y te ayudan con los trámites necesarios para matricular el estudiante extranjero en el instituto adecuado, y hacen un seguimiento de la experiencia. También se hacen muchos encuentros lúdicos para compartir la experiencia con otras familias de la zona.